Después del verano y las dietas express. ¿Qué hacemos para estar en forma sin sufrir?

La adopción de dietas estrictas antes del verano o de un evento social, tiene sus consecuencias a lo largo del tiempo, ya que con una alimentación de muy bajas calorías perdemos peso de manera rápida, pero lo recuperamos nuevamente, una y otra vez.
Las “dietas express” tienen la tendencia de ser insostenibles en el tiempo, debido fundamentalmente a la monotonía. Además, no se incorporan hábitos alimentarios adecuados, los cuales nos ayudan a mantener un peso saludable previniendo enfermedades.

¿Qué comer?

Un plan alimentario exitoso debe ser balanceado, placentero y sustentable, moderado en calorías, adecuado a las necesidades de cada individuo según sexo, edad, actividad física, etc.
Este plan debe incluir alimentos de todos los grupos: lácteos descremados, frutas, vegetales, carnes, cereales y en menor proporción azucares y grasas.
Las frutas y los vegetales son muy importantes a la hora de elaborar el plan, considerando que las mismas proveen fibra, agua, vitaminas, minerales, y antioxidantes y tienen un alto poder de saciedad.
Preferir aceites vegetales que aportan nutrientes esenciales y disminuir el consumo de grasas de origen animal como manteca, crema de leche, mayonesa.
A la hora de elegir las carnes, preferir las blancas: pollo o pescado, siempre magras, retirar en lo posible la grasa visible.
Los lácteos descremados como el yogur, la leche y el queso son alimentos que nos proveen proteínas de alta calidad, además de calcio, mineral fundamental para la formación de los huesos.


¿Cuánto comer?

En lo posible hay que realizar colaciones entre las comidas principales, incluyendo frutas, yogur con cereales, sándwich de vegetales con queso, etc. Es importante que el plan personalizado incluya los alimentos que nos gustan, considerando que lo prohibido es lo más deseado y puede generar descontrol en la alimentación.
El secreto está en reducir progresivamente el tamaño de las porciones, ya que muchos de nosotros estamos acostumbrados a consumir porciones muy grandes, que contienen gran numero de calorías.

¡A mover el cuerpo!

No olvidemos también realizar actividades físicas, considerando sus innumerables beneficios: mejora la autoestima, ayuda en el descenso del peso y mantiene el peso, aumenta la masa muscular y disminuye grasa corporal, previene osteoporosis, reduce riesgo de cáncer de colon, disminuye colesterol malo (HDL) y aumenta el bueno (LDL), reduce el riesgo cardiovascular, reduce el nivel de glucemia, reduce o normaliza la presión arterial, reduce la depresión y la ansiedad, retarda envejecimiento, amplia relaciones sociales y finalmente, lo que todos buscamos, nos proporciona bienestar.

¡A cuidar el cuerpo!

No nos dejemos llevar por soluciones rápidas y mágicas, el cuidado de nuestro cuerpo es una gran responsabilidad y no hay que desatenderlo. La selección adecuada de alimentos resultará en un peso saludable y en beneficios para nuestra salud en general.

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